miércoles, 19 de diciembre de 2012

Concepción educativa en la Estoa


Introducción

La Estoa eclipsó y desplazó a la Academia Platónica y al Liceo Aristotélico convirtiéndose en la más importante de las cuatro escuelas filosóficas de Atenas desde el siglo IV a.C. hasta el siglo I de nuestra era. Zenón de Citio, Crisipo y Clenates, iniciadores de la Estoa, se reunían para compartir sus pensamientos filosóficos con sus discípulos en una especie de pórtico (Stoa), decorado con cuadros de múltiples colores, de ahí el nombre de estoicos. Ellos se regían por dos principios: Logos o Pneuma y materia, los cuales están reunidos siempre y en todas partes, lo que fomenta una visión panteísta, como una divinidad que impregna de su ser la totalidad de la realidad.

El pneuma (alma), es un soplo o viento seco e ígneo formado por partículas sutiles y que tiene la propiedad de moverse a sí mismo y al cuerpo en el que habita. Es el principio vital por el que respiramos, vivimos y razonamos. El alma humana es una pare del alma del mundo, del Logos que domina el universo, y destaca en ella el Hegemonikón, la parte racional de la que depende el conocimiento y la virtud y la más parecida al Logos mismo.
El propósito del estoico es moldear la conducta humana para lograr la felicidad, estado que se alcanza con la fidelidad a la naturaleza y a la razón. Para conseguir la felicidad es menester cultivar la virtud, pues la virtud es un bien por sí misma y su realización trae consigo la sabiduría. Pero, ¿cómo conseguir esa sabiduría?

Concepción educativa de la Estoa

Logra la virtud y la sabiduría es el ideal de los estoicos, para conseguirla es menester cultivarla con el amor y el cuidado que solo el alma lo logra hacer. Para esto el hombre posee una capacidad natural hacia la búsqueda de la sabiduría. Esta capacidad ha sido dotada por la naturaleza a manera de un soplo etéreo, como una razón cósmica, como un fuego ontológico, un pneuma que le permite alcanzar el Logos.

Elourdy señala que para los estoicos, la amistad no está numerada en los bienes de la vida, ni siquiera es un bien, porque lo bueno tiene que constar de partes íntimamente conexionadas las unas con las otras. Sin embargo la idea particular de Séneca es que la amistad es una virtud que hay que practicar, que hay que cumplir. Debe existir simpatía de parte del maestro para lograr la germinación de esas semillas racionales latentes que existen en el discípulo, al cual educa y con él lograr el prodigio de la virtud.

La participación del Logos no es suficiente para impulsar al sabio en su oficio de educador, ya que necesita el estímulo de los discípulos, también el discípulo debe y puede atender mejora a ciencia y virtud fincando su interés en una adhesión íntima con el maestro, sin este efecto personal la doctrina por ingeniosa que sea resbalará sobre su alma, se hará más erudito, pero no más sabio, hasta que llegue el momento feliz en que el Logos sembrado en ella y cultivado con la mano diligente del maestro rompa en vistosa floración, como capullo que de pronto se abre con todo el atavío de sus colores a la luz vivificante del sol. La amistad y amor entre el maestro y el discípulo no sólo son lazos amorosos, sino la capacidad de amar; era para los estoicos una fuerza cósmica real que une a los hombres entre sí. 

El gozo que siente el maestro al motivar y estimular al discípulo en el estudio y verlo actuar ya sin la guía del maestro, ya con la displicencia para que ambos logren alcanzar la bondad, la perfección absoluta que se alcanza con mesura, con dedicación, perseverancia y esfuerzo, sin hacer tregua en el camino trazado, que los actos sean congruentes entre sí. La enseñanza es una dirección del alma que sólo por la amistad puede surgir la comunicación espiritual, cuyo blanco está en la virtud, en la divinización de las almas. Al conversar Séneca con Lucio sobre la transformación que sufre, además de la confianza que va afianzándose entre su amistad. Séneca comenta la dicha que él siente al aprender, ya que le dará la oportunidad de enseñar. Pues nada vale lo que se posee, sino se tiene con quien compartirlo, enfatiza Séneca:

“Si la sabiduría se diese con la condición de tenerla encerrada sin comunicarla, renunciaría a ella. Sin un compañero no es grata la posesión de ningún bien.”[1]
Es menester la convivencia entre maestro y discípulo, ya que aprende más del ejemplo y una afectuosa relación, del conocer sus secretos, percibir su apreciación de la vida, porque el maestro transmite los conocimientos que ha hecho suyos y se encuentran depositados en su alma.

Conclusión

La teoría de la Pedagogía Estoica sobre la influencia mutua que ejercen las personas por la irradiación psíquica, que mutuamente rodea a las personas que viven con familiaridad, atiende a las condiciones sociales y culturales en su momento, avocándose a dar al hombre su maleabilidad, su libertad, su posibilidad de una proyección de lo que desea ser.
Brinda al hombre la posibilidad de considerar la razón como un principio rector cuando logre alcanzarla podrá conducirse a sí mismo, porque será sabio y ser sabio es el ideal estoico.
Ideal de sabiduría que permitió a Séneca enfrentar la muerte dictada por Nerón, después de ser acusado injustamente. De manera similar Sócrates, Séneca toma la cicuta, enfrentando la muerte con dignidad, sus últimas palabras fueron:

Conozco a la muerte hace tiempo: la muerte es el no-ser. Después de mi sucederá lo que ha sido antes que yo. Si antes no hemos sufrido, quiere decir que tampoco sufriremos después. Somos como una linterna que, apagándose, no puede estar peor que cuando no la habían encendido. Sólo en el breve intermedio podemos ser sensible al alma.”[2]
Licenciatura en Pedagogía
Introducción a la filosofía 
Segundo semestre 
Trabajo escolar realizado por:
Marcela Lourdes Ibáñez Mancera


[1] Séneca, Cartas morales  o Epistolas a Lucilio, p. 12
[2][2] http:www.e-torredebabel.com/historiadelafilosofía/filosofiagriega/filososfiahelenistica/estoicismo.htm

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