lunes, 30 de septiembre de 2013

Curso en línea

Curso - Taller Búsqueda asertiva de información
Participa y conocerás diferentes sitios respaldados por instituciones de prestigio donde podrá realizar búsquedas inteligentes de información.

En la siguiente presentación puedes ver de qué se trata, cuáles son las actividades que vas a realizar y cómo se va a evaluar este curso taller.

http://prezi.com/wmk7ogisgcra/practica-4-marcela-lourdes-ibanez-mancera/#

miércoles, 3 de julio de 2013

La responsabilidad, un valor inminente




La responsabilidad es un valor, es una aptitud, es parte de la conducta de un individuo con buena educación; pero también es la oportunidad que tenemos para ser mejores.
Ser responsable nos permite realizar acciones y nuestros deberes en tiempo y forma, consecuentemente obtenemos buenos resultados. Ya sea en nuestros estudios, en nuestro trabajo y hasta en relaciones con los demás.

Cuando un individuo es responsable obtiene una carta de confianza que le otorgan quienes conviven a su alrededor, abriéndole la puertas para lograr el éxito. 

domingo, 23 de junio de 2013

Verdad, ciencia y conocimiento en el quehacer del estudiante


Introducción
En este trabajo de investigación se espera reflexionar sobre la problemática que lleva a algunos estudiantes universitarios a cometer plagio en sus trabajos escolares, lo cual influye negativamente en su formación como futuros profesionales y constructores de nuestra sociedad.
De igual manera se espera conocer la relación que pudiera existir entre la aplicación de la ciencia, el uso del método científico en actividades de estudiantes de ciencias sociales, su importancia y su trascendencia.
Por último se hace una reflexión sobre la posibilidad de que el acto de plagiar sea resultado de una transmisión raquítica o equivocada de la responsabilidad en el quehacer académico.
¿Cómo saber si el plagio es un hábito arraigado o un hecho aislado? ¿Cómo saber la trascendencia social que tendrá?

Ciencia, verdad y conocimiento
La escuela es uno de los lugares donde se adquiere un gran número de conocimientos, donde se forma al individuo para su vida tanto profesional como personal. Para adquirir conocimientos es indispensable estimular el intelecto, motivar al sujeto hacia una actitud de búsqueda de la ciencia que le dé el poder de la sabiduría, que lo aleje de la ignorancia y sus consecuencias; y que contribuya a su felicidad y a la de su entorno social.
Sin embargo, el estudiante tiene un concepto vago de lo que es la ciencia y de cómo hacerla. En su reciente acceso al mundo académico, sólo ha realizado trabajos escolares sencillos y con poca trascendencia, surgidos de la lectura, algunas veces superficial, sin tiempo para el análisis, la reflexión y su justificación, la cual se realiza por medio de la observación de algún experimento o la experiencia misma.
Para estar en contacto con la ciencia, el estudiante necesita desarrollar capacidades intelectuales, como un pensamiento basado en la razón, aptitudes para la comunicación asertiva, trabajo duro, esfuerzo sostenido; así como la capacidad para construir a partir de experiencia pasadas. Éste último elemento puede ser sustituido por el análisis racional de modelos; ya que nuestra inteligencia es la fuente de la verdad que precede a la experiencia y que es capaz de comprender los fenómenos estudiados.
En sus primeros pasos hacia la ciencia, el estudiante carece de las habilidades necesarias para su apropiación, tales como la humildad para aceptar que su conocimiento no es absoluto; la constancia y la empatía para trabajar con sus pares. Poco a poco tiene que desarrollarlas; de vincularlas con otras áreas de su vida, de observar sus beneficios; y así encontrar el compromiso y la necesidad de un trabajo constante, cuyos hallazgos le sean gratificantes.
La ciencia se ha construido a lo largo de la historia de la humanidad, quizá no ha florecido de manera constante, ya que ha tenido periodos de menores descubrimientos, pero ha evolucionado a partir de un trabajo permeado por la verdad. Constancia, compromiso y una visión abierta a nuevos descubrimientos constituyen el quehacer científico.
“El progreso de la humanidad en una dimensión de la realidad requiere extender las capacidades de nuestros órganos que nos conectan con el mundo a través de los sentidos.  Nuevos instrumentos científicos nos abrieron nuevas fronteras del conocimiento. El telescopio nos abrió el mundo de las estrellas, el microscopio, el de las amebas y bacterias, etc.”  (Jaffe, K,)
Para descubrir los métodos y características que dan origen a la ciencia y poder hacer uso de ella, el estudiante requiere seguir ese camino de la verdad. Un camino nada fácil, arduo y en ciertos momentos, improductivo; pero camino al fin que lo equipare a tantos hombres de ciencia que han formado a la humanidad.

Pero, ¿Qué es la verdad para nuestros estudiantes?
Inmersos en un mundo con medios de información y comunicación, cuyo acceso es casi ilimitado. Con un mar de datos que se multiplican continuamente, datos cuya procedencia, muchas veces es desconocida, pero que la inmediatez se los pone a la mano. El aprendiz de investigador asume que la información que le llega es legítima, que tiene un valor académico y que le va a permitir realizar su tarea escolar adecuadamente, cumplir con sus deberes e ir formándose como un profesional.
Algunas veces, los estudiantes han recurrido al plagio, a tomar como suyos trabajos de investigación que ni siquiera tienen idea si son coherentes con sus deberes o son burdas imitaciones. Quizá en un primer momento es un hecho aislado, pero que a medida que se hace costumbre se va convirtiendo en un hábito que cómo una enfermedad se irá apoderando de su hacer como estudiante, que posteriormente será muy difícil desarraigar;  que además repercutirá en su formación como profesional y como ser humano.
No hay atajos para llegar al futuro, tenemos que pasar por todos los pasos del sistema antes de que podamos decir a donde llegará (Gersghenson, C.). Como una semilla que se siembra, que germina y que poco a poco se va formando como lo que es (una manzana, una lechuga o un encino), así el conocimiento tiene un proceso de construcción y de apropiación, para aprender hay que seguir un proceso con el ritmo y el compromiso correspondiente.
Heredamos de nuestros ancestros un cúmulo de conocimientos; cualquier verdad que busquemos dependerá de la sociedad y la cultura en que nos desarrollamos (Gersghenson, C.). Pero cada cultura posee una verdad que ha nacido de sus necesidades sociales, de sus raíces, así como de su historia. Sin embargo esta verdad es única y les ha servido para sobrevivir, para construirse y para trascender.
Como (posibles) miembros de una comunidad académica, nuestros estudiantes necesitan aprender códigos de ética, principios morales, así como el concepto de verdad que le es propio a esa comunidad. Regirse bajo estos principios y la interacción que se realice, le permitirá el acceso a la generación de nuevo conocimiento.
Es una tarea ardua, difícil, pero cuyo producto hará que sea parte de la evolución del ser humano.

¿Cómo construir el conocimiento desde el quehacer escolar?
“Lo que está incluido en el proceso neural que transforma los estímulos en sensaciones tiene las características siguientes: ha sido transmitido por medio de la educación; tentativamente, ha resultado más efectivo que sus competidores históricos en el medio actual de un grupo; y, finalmente, está sujeto a cambio, tanto por medio de una nueva educación como por medio del descubrimiento de incompatibilidad con el medio.” (Kuhm, T.)
Cada cultura en cada época, se ha construido a través de la educación. Las generaciones jóvenes se educan de acuerdo a las necesidades de la sociedad, ya sea de sobrevivencia alimentaria o de supervivencia natural del entorno donde se encuentran. La sociedad en cuestión determina el ideal de hombre que requiere, considerando también el nivel social y la función que va a desempeñar en esa sociedad, ya sea trabajador, guerrero, científico o gobernante.
Al paso del tiempo, el ser humano ha sufrido una evolución en su manera de pensar, de actuar y en la forma de tomar decisiones; la manera en que se educa hoy es diferente a la forma en que educaron sus padres, sus abuelos y demás generaciones que le antecedieron. Es por eso que el conocimiento y la forma en que lo adquiere también ha evolucionada.
Los medios de comunicación y el acceso a la información, su accesibilidad y la inmediatez son parte de ese cambio; han dado al individuo un rango de libertad para tomar decisiones, que en cierta medida influyen en la forma que adquiere los conocimientos. Sin embargo, el individuo, muchas veces no está preparado para tomar la decisión adecuada. La educación que ha recibido no corresponde a los medios que usa hoy en día.
Si bien, los medios de comunicación e información han facilitado al individuo  el acceso al conocimiento, por otro lado también le exigen un mayor esfuerzo en la selección de esa información, cuál será el uso que le dará y por supuesto la repercusión que tendrá en su aprendizaje, y, una vez asumido la repercusión que tendrá en su entorno social. Sin embargo, algunos estudiantes no han desarrollado esas habilidades. Esta limitante surge del escaso aprendizaje sobre la ciencia y su utilidad en la vida cotidiana.
Sabemos que la ciencia está basada en la lógica, el pensamiento racional, la construcción de modelos, tecnología, inteligencia, trabajo duro, sinergia de grupo, esfuerzo sostenido,  construcción sobre experiencias pasada. Algunos de nuestros estudiantes necesitan asumir estos elementos para iniciarse en el quehacer científico, al realizar sus trabajos escolares.
Las actividades escolares están basadas en trabajos o proyectos que simulan retos a los que se enfrentaran en su vida laboral. El objetivo de estas actividades constituirá la experiencia como factor de aprendizaje, quizá no es la más adecuada, pero es lo que se tiene a la mano; y por supuesto es necesaria para la asimilación del conocimiento. Estos modelos están basados en el método científico.
A medida que nuestros estudiantes se asuman como aprendices de científico, irán conociendo nuevas alternativas, nuevas formas de actuar, nuevas áreas del conocimiento; además de la trascendencia en su propia formación como individuo.
Uno de los principales factores en la ciencia es la duda, dentro de los quehaceres que tiene el estudiante es aprender a cuestionarse sobre la información que recibe. Cada vez que se pregunte ¿por qué?, se abrirán nuevos horizontes, nuevas expectativas y nuevos conocimientos.
Nicolás Kristakys menciona a la obesidad y a las adicciones como hábitos y comportamientos que se propagan socialmente. Tales acciones influyen de manera negativa, tanto en las personas que los padecen como en quienes los rodean.
¿Se podrá considerar el plagio de los trabajos escolares como una adicción? Plagiar una tarea puede tener repercusión negativa en los compañeros de clase. Puede dar pauta para hacerse una práctica común. Inclusive puede frenar el proceso de aprendizaje de un grupo social.
Asumir como algo común la actividad de plagiar también tiene una connotación ética. No se puede considerar como una actividad positiva robar ideas y utilizarlas como propias. Peor aún, ya que muchas veces ni siquiera se han leído esas ideas. Desde el punto de vista de la evolución biosocial, la ciencia de la ética se percibe como una extensión natural del estudio de la dinámica social.
Qué es lo que motiva a estos estudiantes a renunciar al privilegio de descubrir el conocimiento, a maravillarse con la herencia cultural que posee la humanidad, actualmente la mayor que se ha producido, a dilucidar y quizá construir una nueva interpretación de la ciencia.
Quizá nosotros los adultos, no hemos sido asertivos al mostrar a nuestros estudiantes,  el camino hacia el conocimiento y la aplicación de la ciencia. Tal vez hemos contribuido a este empantanamiento que les impide crecer y ser nuevos seres humanos.

Conclusiones
La ciencia futura estará restringida en gran parte por el grado y tipo de socialidad que la comunidad científica desarrollará. Una comprensión de estas restricciones sólo será  posible si se entienden las interacciones entre el individuo y la sociedad y si se reconocen las propiedades que emergen de esta dinámica.
Jaffe, Klauss

Se habla de brecha generacional como un elemento que imposibilita la interacción entre una generación joven y una adulta, y que además impide la comprensión necesaria para la asimilación de la cultura. Diferentes maneras de pensar, diferentes maneras de actuar, pero que deberían tener un objetivo común.
Es probable que, en el caso del plagio en trabajos escolares haya una confusión en cuanto a lo que el profesor deba o no deba enseñar. Se observa que los jóvenes hoy en día tienen habilidades para el uso de la tecnología, muchas veces superiores a las de los adultos. No obstante, nuestros jóvenes, en algunas áreas (como es el conocimiento de la ciencia) necesitan que se les lleve de mano para apropiarse de esas habilidades que a los adultos nos costó tanto trabajo asumir.
Esta carencia es la oportunidad que tiene los profesores de acompañar a sus  estudiantes en el camino de la verdad, de asumir su responsabilidad como individuo en una sociedad que sobrevive y que trasciende. Como el sublime deber que tiene el maestro para que sus alumnos desarrollen un pensamiento científico que les permite tomar mejores decisiones en su vida cotidiana.

Bibliografía
Gershenson, C. (2013),  “¿Cómo hablar de complejidad?”, en Lengua Docieta i Comunicacio. Núm. 11, Universidad Nacional Autónoma de México
Jaffe, Klauss, ¿Qué es la ciencia? Una visión evolutiva.
Kuhm, Thomas. (1971) La estructura de las revoluciones científicas, Brevarios 213, Fondo de Cultura Económica.


domingo, 26 de mayo de 2013

Juventud y ciencia

Recurso didáctico de Estudiantes de Pedagogía del grupo 2020

La problemática que me interesa estudiar es el plagio en trabajos escolares y su repercusión en la formación de estudiantes universitarios, específicamente en un grupo pequeño. Realizaré una investigación mediante el método de análisis; los componentes que estudiaré son los mismos estudiantes y mediante entrevistas, observar cuál es el comportamiento que los lleva a realizar esta actividad. De tal manera que los resultados impacten para mejorar mi quehacer docente.
Tristemente observo que algunos jóvenes descargan ensayos y tareas escolares de sitios web que no son avalados por una comunidad científica, lo cual no les deja ningún aprendizaje positivo. Quizá una mala organización de su tiempo no les permitió hacerlo, o quizá no tienen idea de cómo hacerlo. El plagio es para ellos algo cotidiano, algo que se ha convertido en parte de su quehacer como estudiantes sin comprender la magnitud y repercusión de esta acción.
Tal vez el “Complejo de Dios” se apoderó de ellos y se consideren todopoderosos, que todo lo que está a su alrededor sucumbe ante sus deseos, en este caso son compañeros, profesores y autoridades educativas. Pero puede que su “poder” llegue más lejos, a su entorno familiar, a su comunidad; con resultados negativos, que en cierto momento les pueden acarrear problemáticas desde sanciones hasta cierto rechazo que impacte en la formación de su identidad.
Este fenómeno tiene su origen en un caos en el apropiamiento de la información. Un caos es “cuando cambios pequeños generan grandes efectos” (Gershenson, 2013). El acceso a la información mediado por las nuevas tecnologías e Internet ha generado un cambio en el proceso de aprendizaje del joven, que se inserta al lado del libro, del salón de clases y del mismo profesor; sin embargo el efecto que produce es mayor ya que anula el propósito del aprendizaje. Si bien el joven desarrolla habilidades técnicas, deja de lado el desarrollo de habilidades del pensamiento como el análisis, la observación, la síntesis que lo conduzcan a la creación de su propio conocimiento.
Desde una perspectiva epistemológica, la generación del conocimiento tiene una relación muy cercana con el lenguaje, el cual se ha utilizado desde el contexto cultural del individuo. Pero, si el estudiante deja de utilizar el lenguaje de manera escrita; leer, interpretar, buscar las ideas y palabras adecuadas para realizar el trabajo escolar ¿estará limitando su desarrollo cognitivo?
El lenguaje ha sido determinante para el desarrollo de las diferentes culturas del mundo. Mediante la evolución de las mismas, se han incrementado los conceptos, enriquecido la lengua; consecuentemente hay mayor incremento en las ideas. Un ejemplo es: tantos conceptos que se utilizan para la informática, la medicina que utilizamos hoy en día. Sin embargo, algunos de nuestros estudiantes leen menos y escriben menos, por lo que limitan su acceso a su cultura. ¿Cabe la posibilidad de un cambio evolutivo o quizá sus habilidades no se desarrollen cómo se requiere para sobrevivir en la era de la información?
Nuestros estudiantes no pueden ser Newton o Kepler para hacer ciencia, pero si pueden observar los fenómenos naturales y sociales a su alrededor y dar una interpretación propia a la ciencia, pero con la convicción que para ellos pensar, planear, crear y verificar sea un placer científico cuyos beneficios sean propios y de su entorno.

Conocer la ciencia les permitirá mejorar su condición humana, en este caso, contribuir a su formación de estudiante como un joven feliz, pleno y comprometido con su momento histórico que como parte de un sistema social que construye y que también es construido por él.

Referencia
Gershenson, C,  (2013), “¿Cómo hablar de complejidad?”, e n Lengua Docieta i Comunicacio. Núm 11,  Universidad Nacional Autónoma de México


domingo, 19 de mayo de 2013

¿Verdad o mentira? ¿Buena voluntad o falta de confianza?



“Quizá conocimiento no sea la palabra adecuada, pero hay razones para valernos de ella. Lo que está incluido en el proceso neural que transforma los estímulos en sensaciones tiene las características siguientes: ha sido transmitido por la educación, tentativamente ha resultado más efectivo que sus competidores históricos en el medio actual de un grupo y está sujeto a cambio, tanto por medio de una nueva educación como por medio del descubrimiento de incompatibilidad con el medio” (Kuhm, T. 1971,27)
El uso de la verdad contribuye en la generación de la ciencia, pero una verdad depende del contexto en que se usa, sin embargo hay acciones que desde diversas perspectivas tienen un mismo significado, un objetivo y debería tener las mismas consecuencias.

Actualmente es común que algunos estudiantes comentan plagio al realizar sus trabajos escolares, desgraciadamente lo hacen como si fuera algo natural, pero ¿Tienen su propia verdad? que les permite alcanzar una calificación a como dé lugar o no comprenden la magnitud de sus acciones. Quizá la educación que han recibido les formó un esquema de valores débil y fragmentado.

Los avances científicos, y el desarrollo de la cultura han evolucionado a la par, desde el descubrimiento del fuego hasta la nanotecnología. Por supuesto para hacer ciencia se debe tener un esquema de valores comunes y propios del contexto, pero que tengan una misma finalidad.

Dentro de ese esquema de valores esta la verdad. Si bien, la verdad tiene diferentes perspectivas, debe tener un punto de encuentro que engarce los mismos propósitos y objetivos para que se logre la generación del conocimiento y se cumpla el fin común. En el ámbito escolar, debería haber una misma perspectiva; mismos valores, mismas actitudes y mismos resultados, que permitan cumplir la función de la educación: formar al individuo para vivir en sociedad con la capacidad de continuar construyendo su cultura y su contexto social como sus antecesores lo hicieron.

Para que haya un avance científico es necesario conocer el desarrollo previo de nuestra cultura y de su entorno, para que aunado a la experiencia y la observación  se pueda generar conocimiento nuevo. La ciencia permite que la vida del individuo mejore, tanto en el ámbito de salud, social, económico, etc. Las nuevas redes de comunicación, son también un beneficio para el individuo, para el trabajo, la educación o sólo para su esparcimiento. Sin embargo, la inmediatez en el acceso a la información, ha permitido que en algunos casos se haga mal uso de la información que nos proporciona esta red.

Khum menciona el proceso neural que da inicio a la apropiación del conocimiento, el cual inicia con estímulos que se transforman en sensaciones, que se transmiten por medio de la educación. Ésta es responsabilidad del Estado y de la Familia; de los padres y de los profesores.

Otro factor para la apropiación del conocimiento es la experiencia, que se incorpora al aparato neural, como un mecanismo de conservación de la especie. Muchas veces el aprendizaje se da a partir de la solución de problemas, de resolver retos utilizando conocimientos previos aplicados al contexto y a las circunstancias.  Con lo cual estímulos y experiencia, retos y soluciones son la base de la construcción de la sociedad y de su supervivencia

Nuevas generaciones, nuevos retos:  Aprender los conocimientos que nuestra cultura ha generado, aprender también a sobrevivir en este mundo  tan deteriorado en su aspecto natural y en el pensamiento de su gente, aprender a observar las problemáticas que se presenten, aprender a ser un ciudadano del mundo (Morín, 2002)

Conclusión
“Sólo podemos generar conocimiento nuevo basándonos en nuestra cultura” 
(Gershenson, 2013)
Como adultos forjadores de las generaciones jóvenes tenemos un reto, quizá uno de los retos más importantes de la historia de la humanidad: contribuir a que los jóvenes de hoy encuentren esa fusión entre conocer y rescatar los valores de nuestra cultura que los lleve a comprometerse por ser mejores estudiantes y mejores individuos, para que cumplan con el papel que les tocó vivir en la construcción y preservación de nuestra sociedad.

domingo, 24 de marzo de 2013

Empirismo




Empirismo
John Locke considera que el conocimiento proviene de las impresiones que producen los objetos exteriores en nuestros sentidos y estas impresiones forman los datos simples de la percepción.
Primero es la impresión que tenemos de algo, después la percepción que le damos, posteriormente por medio de las operaciones que le da nuestra alma llegamos al conocimiento, el cúmulo de conocimientos constituyen el manantial de ideas que conforman nuestro bagaje cultural.
A través de la reflexión el espíritu puede combinarlas, seleccionarlas, compararlas, abstraerlas, formar ideas más complejas y formar ideas más complicadas.

Buscar la verdad
No se puede admitir ningún principio antes de examinar nuestra propia capacidad de haber visto qué objetos están a nuestro alcance y cuáles por encima de nuestra comprensión.
Además considera que para llegar a la verdad hay que liberarse de todos los prejuicios, porque los prejuicios falsean el raciocinio
Considera que LEER no es recibir ciegamente como verdad suprema lo que se encuentra en un libro. EL ARTE DE LEER significa criticar lo que se lee, pensar y estimar el argumento que se le expone, buscar todas sus faltas de lógica, es reflexionar.

Filosofía de la naturaleza
Locke consideraba que “las obras de la naturaleza son imaginadas por una sabiduría suprema y obedecen las leyes que ni nuestro poder, ni nuestra capacidad intelectuales nos permiten comprender.” La divide en dos: física y metafísica. La primera está relacionada con los conocimientos físicos, mientras que la segunda los conocimientos de los espíritus.

Pensamiento sobre la educación
Es necesario el concurso del carácter y la inteligencia para la formación de la personalidad. En su ensayo “De la conducta del entendimiento” vuelve al problema de la meditación y del conocimiento. El entendimiento es la base de todo, incluso más que la voluntad. Puesto que todo nuestro entendimiento procede de la formación de ideas complejas, por medio de la reflexión, es preciso sobretodo aprender a reflexionar y razonar bien.
Como buen inglés, Locke consideró una educación para la burguesía centrada en adquirir conocimientos científicos, de historia, de música, de baile, de idiomas. Un buen inglés debe viajar para que de esa manera conozca otras culturas.
Los pobres deben ir a la escuela desde los tres años hasta los veintitrés, se les debe alimentar con pan y poca carne. En esta escuela deben aprender un oficio; los adultos que no tengan trabajo también deben aprender un oficio.
Este racionalismo experimental nos da una nueva escuela de psicología empírica, el abandono del método deductivo, la condenación del verbalismo y del estudio de las palabras sin las cosas.
La experiencia como punto de partida de todo estudio, la enseñanza por medio de las cosas y por la observación directa.

Debe tratar a cada alumno como un individuo, quien requiere el método de instrucción que más le conviene.
La escuela de la vida y para la vida









viernes, 1 de febrero de 2013

El alumno, protagonista de su aprendizaje



La comunicación es uno de los medios más importantes para el aprendizaje. Comunicación verbal o escrita, utilizando imágenes o esquemas, por medio de música o vídeos; cualquier elemento que tenga datos nos informa y  da lugar a la comunicación.

La escuela es un lugar podemos hacer uso de la diversidad de formas para comunicarnos. Cada materia, cada clase, cada tema requieren de una forma específica de comunicación para que el aprendizaje realmente se realice.

El trabajo colaborativo tiene un gran impacto en los jóvenes. Cuando surgen las ideas, vagas al principio, fortalecidas con los comentarios de los compañeros. Descubriendo diferentes puntos de vista y reforzando el propio, así aprenden, así construyen sus saberes.

Finalmente, el esfuerzo cognitivo que se realiza al verbalizar esas ideas, contribuye a fortalecer lo aprendido. Además permite que el alumno sea el
PROTAGONISTA DE SU APRENDIZAJE



lunes, 14 de enero de 2013

El mito de Prometeo


El camino mejor y más fácil para llegar a comprender la naturaleza y las tareas de la educación es, quizás, el mito de Prometeo, tal y como se expone en el Protágoras de Platón.
Hélo aquí, tal como en ese diálogo lo expone Protágoras mismo: cuando los dioses hubieron plasmado las estirpes animales, encargaron a Prometeo y a Epimeteo que distribuyen convenientemente entre ellas todas aquellas cualidades de que debían estar provistas para sobrevivir. Epimeteo se encargó de la distribución. En el reparto dio a algunos la fuerza pero no la velocidad; a otros, los más débiles, reservó la velocidad para que, ante el peligro, pudieran salvarse con la fuga; concedió a unos armas naturales de ofensa o defensa y, a los que no dotó de éstas, sí de medios diversos que garantizasen su salvación. Dio a los pequeños alas para huir o cuevas subterráneas y escondrijos donde guarecerse. A los grandes, a los vigorosos, en su propia corpulencia aseguró su defensa.
En una palabra, guardó un justo equilibrio en el reparto de facultades y dones de modo que ninguna raza se viese obligada a desaparecer. Les distribuyó además espesas pelambreras y pieles muy gruesas, buena defensa contra el frío y el calor. Y procuró a cada especie animal un alimento distinto: las hierbas de la tierra o los frutos de los árboles, o las raíces, o bien, a algunos la carne de los otros. Sin embargo, a los carnívoros les dio posteridad limitada, mientras que a sus víctimas concedió prole abundante, de forma de garantizar la continuidad de su especie.
Ahora bien, Epimeteo, cuya sagacidad e inteligencia no eran perfectas, no cayó en la cuenta de que había gastado todas las facultades en los animales irracionales y de que el género humano había quedado sin equipar. En este punto, llegó Prometeo a examinar la distribución hecha por Epimeteo y vio que, si bien todas las razas estaban convenientemente provistas para su conservación, el hombre estaba desnudo, descalzo y no tenía ni defensas contra la intemperie ni armas naturales. Fue entonces cuando Prometeo decidió robar a Hefestos y a Atenea el fuego y la habilidad mecánica, con el objeto de regalarlos al hombre. De ese modo, con la habilidad mecánica y el fuego, el hombre entró en posesión de cuanto era preciso para protegerse y defenderse, así como de los instrumentos y las armas aptos para procurarse el alimento, de que había quedado desprovisto con la incauta distribución de Epimeteo.
Gracias a la habilidad mecánica el hombre pudo inventar los albergues, los vestidos, el calzado, así como los instrumentos y las armas para conseguir los alimentos. Además dispuso del arte de emitir sonidos y palabras articuladas, y fue además el único entre los animales capaz, en cuanto partícipe de una habilidad divina, de honrar a los dioses, y construir altares e imágenes de la divinidad. Pero así y todo, los hombres no tenían la vida asegurada porque vivían dispersos y no podían luchar ventajosamente contra las fieras. Fue entonces cuando trataron de reunirse y fundar ciudades que les sirviesen de abrigo; pero una vez reunidos, no poseyendo el arte político, es decir, de convivir, se ofendían unos a otros y pronto empezaron a dispersarse de nuevo y a perecer.
Entonces, Zeus tuvo que intervenir para salvar por segunda vez al género humano de la dispersión, y para ello envió a Hermes a fin de que trajese a los hombres el respeto recíproco y la justicia, con objeto de que fuesen principios ordenadores de las humanas comunidades y crearan entre los ciudadanos lazos de solidaridad y concordia. Y, a diferencia de las artes mecánicas, que en modo alguno fueron dadas todas a todos puesto que, por ejemplo, un sólo médico basta para muchos que ignoran el arte de la medicina, Zeus dispuso que todos participaran del arte político, es decir, del respeto recíproco y de la justicia y que quienes se negaran a participar de ellos fueran expulsados de la comunidad humana o condenados a muerte.
El mito de Protágoras contiene algunas verdades importantes. Primera, que el género humano no puede sobrevivir sin el arte mecánico y sin el arte de la convivencia. Segunda, que estas artes, justamente por ser tales (es decir, artes y no instintos o impulsos naturales) deben ser aprendidas. Actualmente decimos que el hombre debe aprender las técnicas del uso de los objetos ya construidos y las técnicas de trabajo de los objetos por construir o producir, y que asimismo debe aprender a comportarse con los demás hombres de un modo que garantice la colaboración y la solidaridad, de acuerdo con lo que Platón denominaba “el respeto recíproco y la justicia”.
Por consiguiente, el hombre tiene una infancia mucho más larga (relativamente a la duración de la vida) y fatigosa que la de los otros animales. También éstos deben aprender el empleo de los órganos de que la naturaleza los ha dotado, y por tanto atraviesan todos, más o menos, un periodo de adiestramiento que corresponde a lo que es la educación en el hombre. Pero los animales entran rápidamente en posesión de las capacidades propias para conservarse porque dichas capacidades, como observaba justamente Protágoras, están inscritas en su estructura orgánica, en los dones distribuidos por Epimeteo.
Al hombre, por el contrario, el uso inmediato de sus órganos, por ejemplo, el aprender a ver, a moverse, a caminar, no le garantiza en modo alguno la vida: necesita los dones de Prometeo y Zeus, las técnicas mecánicas y morales que exigen un adiestramiento mucho más largo y penoso. Y es de señalar que la adquisición de tales técnicas requiere el lenguaje, porque sin él no sólo no podrían ser comunicadas de un hombre al otro, sino que no hubieran nacido ni se desarrollarían. En efecto, sólo el uso del lenguaje permite las abstracciones y generalizaciones indispensables para la formación de las técnicas mismas. Una palabra (o signo lingüístico) no designa una cosa en particular, esta cosa, sino un objeto genérico, que se define por su uso posible, por ejemplo, las palabras “hacha”, “flecha”, “arco”, no designan esta hacha, esta flecha, este arco, sino un hacha, una flecha y un arco cualesquiera (independientemente de su particular forma, tamaño, color, etc.), que se definen por el uso particular para el que sirven.
Cuando el niño aprende a hablar, no aprende a designar cada cosa con una palabra, como se cree comúnmente, sino que más bien aprende a identificar en las cosas, a través de las palabras, la posibilidad genérica de uso que las define. Por ejemplo, cuando la madre le dice “éste es un tenedor”, lo que le enseña no es tanto la palabra en sí misma cuanto la relación existente entre la palabra y toda una serie de objetos (todos los tenedores posibles, cualesquiera que sean su forma, tamaño, material, etc.), que se pueden definir por el uso común a que se destinan. Por lo tanto, Protágoras tenía razón de ligar el “arte mecánico”, o sea, las técnicas de uso y producción de los objetos, con el “arte de la palabra”, porque en verdad ninguno de los dos puede prescindir del otro.

Referencia 
Abbgnano, N. y A. Visalberg. “El Mito de Prometeo”, en: Historia de la Pedagogía, Fondo de Cultura Económica, 8ª. Reimpresión, México, 1987, pp. 8-10